En esta reflexión quería hablar sobre una película que la volví a ver hace poco y me impresionó como si fuera la primera vez:
La película es El corredor del laberinto. Esta película me gustó mucho por lo simple que parece el guion, ya que solo tienen que escapar del laberinto, pero a la vez la complejidad del espacio donde se encuentran.
Los protagonistas se despiertan en un valle circular rodeado por el inmenso laberinto. Estos se metían dentro del laberinto por el día para encontrar la salida. Hasta aquí todo normal, pero lo que impresiona de verdad es que este laberinto, a parte de la cantidad de trampas que tenía, cambiaba cada noche y nunca volvía a ser el mismo.
Esto fue lo que me impresionó de verdad, aun siendo ficticio, la posibilidad de crear un laberinto de esas magnitudes y la tecnología suficiente para poder desarrollar un algoritmo que pudiese hacer que un simple laberinto se convirtiese en una máquina mortal como en la película.
Esta construcción debería tener muchos mecanismos que permitieran desplazar los diferentes muros entre sí, de manera que cambiaran de posición y permitieran crear nuevos caminos. Esto me hace pensar en la posibilidad de crear casas que puedan cambiar la disposición de sus habitaciones según sus necesidades. Un mecanismo como este, te permitiría adaptar tu vivienda para diferentes escenarios: fiestas o celebraciones, vivienda habitual, encuentros con gran cantidad de personas,….
